El aprendizaje experiencial conecta la teoría con la práctica, permitiendo a los estudiantes desarrollar habilidades clave como la empatía y el pensamiento crítico. Este enfoque es crucial para fomentar la ciudadanía global, un concepto que prepara a las personas para abordar desafíos internacionales desde una perspectiva local. Sin embargo, medir estas competencias presenta desafíos, ya que los métodos de evaluación tradicionales no logran reflejar habilidades prácticas y dinámicas.

BeChallenge methodology surge como una solución para integrar el aprendizaje experiencial con la evaluación de competencias globales. Esta plataforma combina metodologías como el Aprendizaje Basado en Retos y el Design Thinking, permitiendo a los estudiantes trabajar en problemas reales relacionados con los Sustainable Development Goals (ODS) de la ONU. Además, ofrece herramientas digitales para evaluar tanto el desarrollo personal como el impacto colectivo de los proyectos.

Por otro lado, los métodos tradicionales, aunque útiles para evaluar conocimientos teóricos, no capturan la complejidad de las competencias globales. Las evaluaciones como exámenes, ensayos o portafolios carecen de dinamismo y no reflejan la interacción con problemas reales. Esto limita su efectividad para preparar a los estudiantes como ciudadanos globales.

Conclusión clave: Para formar ciudadanos preparados para los retos del siglo XXI, es necesario combinar herramientas digitales como BeChallenge con enfoques tradicionales. Este modelo híbrido permite equilibrar teoría y práctica, maximizando el aprendizaje y la participación activa en problemas globales.

El desafío de educar para una ciudadanía global | Sandra Boni y Javier García

1. BeChallenge methodology

BeChallenge

BeChallenge combina el aprendizaje experiencial con la evaluación de competencias globales, ofreciendo una plataforma SaaS que integra metodologías como Design Thinking, Aprendizaje Basado en Retos (ABR) y aprendizaje colaborativo. Con este enfoque, busca fortalecer habilidades clave del siglo XXI.

Aprendizaje Experiencial en Acción

La metodología de BeChallenge se inspira en la célebre frase de Benjamin Franklin:

"Dime y olvido, enséñame y puedo recordar, involúcrame y aprendo"

El Aprendizaje Basado en Retos, eje central de la plataforma, sumerge a los estudiantes en actividades prácticas y contextos reales. Este enfoque se desarrolla en cuatro etapas: investigación, discusión, creación y entrega. A través de este proceso, los estudiantes trabajan competencias como la creatividad, el pensamiento crítico, la colaboración, la comunicación y la resolución de problemas.

La plataforma se adapta a diferentes necesidades educativas con dos tipos de retos: los Express Challenges, que comprenden tres fases, y los Complete Challenges, que incluyen siete. Esta flexibilidad permite a las instituciones educativas en España ajustar la intensidad y duración del aprendizaje según sus objetivos y calendarios.

Un Enfoque Global con Impacto Local

BeChallenge conecta el aprendizaje experiencial con los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, integrando desafíos globales en su metodología. De esta manera, los estudiantes pueden abordar problemas sociales y medioambientales desde una perspectiva global, adaptándolos a contextos locales.

Además, la plataforma ofrece una biblioteca de retos ya diseñados, totalmente personalizables. Los educadores pueden elegir entre estos desafíos predefinidos o diseñar experiencias que reflejen las particularidades del entorno español, sin perder de vista la dimensión de ciudadanía global. Así, se fomenta la formación de estudiantes comprometidos con los problemas reales de su comunidad y del mundo.

Evaluación Integral de Competencias

BeChallenge no se limita a facilitar el aprendizaje; también redefine la forma de medirlo. La plataforma ofrece herramientas para evaluar el impacto del aprendizaje experiencial, permitiendo analizar tanto el desarrollo individual como el impacto colectivo de los proyectos.

La misión de BeChallenge refleja esta visión:

"Queremos inspirar y guiar a los innovadores para crear avances que permitan un mundo de conocimiento. Un mundo en el que cada hombre, mujer y niño sean capaces de hacer una diferencia positiva en el mundo con sus habilidades y virtudes"

Gracias a estas herramientas, las universidades en España pueden documentar y evaluar competencias como el pensamiento sistémico, la capacidad intercultural y el compromiso social, todo ello a través de experiencias prácticas diseñadas para generar un cambio tangible. La evaluación se convierte así en un proceso dinámico que refleja el verdadero impacto del aprendizaje.

2. Métodos de Evaluación Tradicionales

En la educación superior española, los métodos de evaluación tradicionales como los exámenes escritos, las pruebas de opción múltiple, los ensayos académicos y las presentaciones orales siguen siendo los más utilizados. Sin embargo, cuando se trata de medir competencias relacionadas con la ciudadanía global, estos métodos se quedan cortos, ya que no logran captar la complejidad de estas habilidades. Esto ha llevado a explorar enfoques más dinámicos y adaptados a las necesidades actuales.

Integración con el Aprendizaje Experiencial

Combinar los métodos tradicionales con un enfoque práctico presenta retos importantes en el contexto español. Por ejemplo, los exámenes tradicionales tienden a centrarse en la memorización, mientras que las competencias globales requieren habilidades prácticas como el pensamiento crítico aplicado a contextos interculturales y la resolución colaborativa de problemas.

Algunas universidades han intentado superar estas limitaciones incorporando estudios de caso en sus evaluaciones. Sin embargo, estos casos suelen ser estáticos y no reflejan la interacción dinámica que caracteriza los desafíos reales de la ciudadanía global. Por ejemplo, los estudiantes pueden analizar problemas como la migración, el cambio climático o la desigualdad social, pero rara vez tienen la oportunidad de experimentar la ambigüedad y complejidad de estos temas en entornos reales.

Por otro lado, la evaluación mediante portafolios académicos ha surgido como una alternativa para reflejar el aprendizaje experiencial. Sin embargo, muchas veces estos portafolios terminan siendo simples recopilaciones de trabajos sin el dinamismo necesario para representar experiencias de aprendizaje auténticas. Además, la falta de herramientas tecnológicas integradas dificulta documentar y evaluar actividades que trascienden el aula tradicional.

Escalabilidad para la Educación en Ciudadanía Global

Aunque las pruebas estandarizadas permiten evaluar a grandes grupos de estudiantes, su enfoque uniforme no tiene en cuenta la diversidad cultural ni la complejidad de los problemas globales. Esto las convierte en herramientas poco adecuadas para medir competencias globales.

En el sistema universitario español, métodos como las entrevistas individuales o las evaluaciones orales pueden explorar en profundidad las perspectivas globales de los estudiantes. Sin embargo, estos enfoques requieren una gran cantidad de recursos humanos, lo que dificulta su implementación a gran escala.

Los proyectos grupales son otra opción para trabajar competencias colaborativas, pero su gestión se complica cuando involucran a varios cursos o facultades. La coordinación entre departamentos, la sincronización de calendarios y la estandarización de criterios de evaluación son barreras administrativas que limitan su aplicación masiva.

A diferencia de herramientas digitales como BeChallenge, que facilitan la evaluación de competencias dinámicas, los métodos tradicionales enfrentan dificultades para medir habilidades como la empatía intercultural o la conciencia sistémica. Estas competencias requieren observación prolongada y contextualizada, algo difícil de lograr con métodos que priorizan la eficiencia y la estandarización.

Efectividad en la Medición de Competencias

Los retos mencionados dejan claro que los métodos tradicionales no son suficientes para evaluar competencias globales de manera efectiva. Por ejemplo, los ensayos pueden medir la capacidad de expresión escrita, pero no abarcan habilidades clave como la comunicación intercultural o el diálogo constructivo con personas de diferentes orígenes culturales. Es posible que un estudiante demuestre conocimientos teóricos sobre diversidad cultural, pero sin haber desarrollado competencias prácticas de interacción.

Además, estos métodos tienen dificultades para evaluar el pensamiento sistémico, una habilidad esencial para abordar los desafíos globales interconectados. Las preguntas de examen suelen fragmentar los problemas en partes aisladas, lo que impide que los estudiantes demuestren su capacidad para comprender y gestionar la interdependencia de los sistemas globales.

Aunque la autoevaluación y la evaluación entre pares se incluyen en algunos enfoques tradicionales, suelen carecer de estructuras claras que guíen a los estudiantes en una reflexión crítica sobre su desarrollo como ciudadanos globales. Sin herramientas específicas, estas prácticas tienden a quedarse en ejercicios superficiales, sin aportar aprendizajes significativos.

Por último, la evaluación tradicional suele ser retrospectiva, centrándose en lo que los estudiantes han aprendido al final de un curso. Esto deja de lado la retroalimentación continua, que es crucial para ajustar y mejorar el desarrollo de competencias globales en tiempo real. Esto refuerza la necesidad de explorar métodos más modernos y adaptativos que reflejen mejor las demandas del siglo XXI.

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Ventajas e Inconvenientes

Al comparar las metodologías para medir competencias de ciudadanía global en las instituciones educativas españolas, podemos identificar ventajas y desventajas claras en cada enfoque. La siguiente tabla resume los aspectos clave:

Aspecto BeChallenge methodology Métodos Tradicionales
Desarrollo de competencias del siglo XXI Promueve activamente la colaboración, comunicación, pensamiento crítico y resolución de problemas mediante desafíos reales Se enfoca principalmente en la memorización y evaluación de conocimientos teóricos
Conexión con problemas globales Vincula directamente los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU y problemas reales de la comunidad Se limita a casos estáticos, sin interacción dinámica con problemáticas actuales
Escalabilidad institucional Incluye herramientas digitales que permiten gestionar experiencias de aprendizaje a gran escala Requiere una alta inversión de recursos humanos para evaluaciones personalizadas
Medición de competencias prácticas Evalúa habilidades aplicadas en contextos reales y experiencias auténticas Tiene limitaciones para medir habilidades prácticas y experiencias reales
Implementación tecnológica Ofrece una plataforma integrada con herramientas específicas para el aprendizaje experiencial Carece de herramientas tecnológicas para documentar experiencias dinámicas

La tabla evidencia que ambos enfoques tienen puntos fuertes y débiles que influyen directamente en el desarrollo de los estudiantes. El Aprendizaje Basado en Desafíos de BeChallenge destaca por involucrar a los alumnos en la resolución de problemas reales vinculados a su entorno. Este enfoque no solo fomenta habilidades prácticas, sino también un sentido de responsabilidad social, elementos clave para formar ciudadanos globales comprometidos.

Por otro lado, los métodos tradicionales presentan ventajas en contextos más estructurados. Su enfoque estandarizado facilita la comparación entre estudiantes y permite una evaluación más rápida de grandes volúmenes de trabajo académico, algo que resulta familiar para muchos docentes y que minimiza la necesidad de cambios drásticos en las dinámicas institucionales.

Sin embargo, estos métodos tienden a priorizar el conocimiento teórico, dejando de lado el aprendizaje experiencial. Además, la ausencia de un consenso claro sobre cómo definir y medir la ciudadanía global complica la creación de estándares consistentes para ambos enfoques.

La implementación de BeChallenge, aunque prometedora, requiere un cambio significativo en las instituciones educativas. Adoptar un enfoque experiencial implica formar al profesorado, adaptar los currículos y, en muchos casos, invertir en tecnología educativa. Mientras BeChallenge centraliza la gestión mediante herramientas digitales, los métodos tradicionales dependen de una coordinación intensiva entre los diferentes departamentos.

A largo plazo, los enfoques experienciales como BeChallenge parecen ofrecer un impacto más profundo en el desarrollo estudiantil. Los estudiantes que participan en desafíos reales adquieren una comprensión más rica sobre la interconexión global y desarrollan habilidades prácticas que no solo les preparan para sus futuras carreras, sino también para una participación activa y responsable como ciudadanos. Esto plantea una cuestión crucial: ¿cuál de estos enfoques será más efectivo para enfrentar las demandas educativas del presente y del futuro?

Conclusión

Comparar ambos enfoques revela diferencias importantes en cómo se forman ciudadanos globales. Mientras los métodos tradicionales ofrecen estructura y un marco familiar, el aprendizaje experiencial conecta directamente a los estudiantes con situaciones prácticas, preparándolos para enfrentar desafíos reales y participar activamente en el cambio social.

Esta distinción muestra que el aprendizaje experiencial permite desarrollar habilidades clave en contextos prácticos. Herramientas como BeChallenge facilitan la implementación de metodologías activas como el Aprendizaje Basado en Desafíos o el Aprendizaje-Servicio, promoviendo una mayor implicación estudiantil. En contraste, los métodos tradicionales suelen crear una brecha entre el aprendizaje académico y las necesidades del mundo exterior.

No obstante, la solución no es elegir un enfoque sobre el otro, sino combinarlos. Un modelo híbrido permite aprovechar lo mejor de ambos. Las instituciones pueden beneficiarse al usar herramientas que midan tanto los resultados académicos como el desarrollo de competencias, ofreciendo una perspectiva más completa que las evaluaciones tradicionales.

Para integrar con éxito estos métodos, hay tres aspectos clave a considerar:

  • Flexibilidad: Incorporar experiencias prácticas en diferentes programas educativos, colaborando con expertos y alineándose con desafíos actuales del mercado laboral.
  • Gestión digital: Utilizar herramientas tecnológicas que permitan un seguimiento personalizado del progreso en competencias.
  • Bases sólidas: Reconocer el valor de los métodos tradicionales para establecer fundamentos teóricos esenciales.

En resumen, las instituciones que combinen la profundidad académica con experiencias prácticas estarán mejor preparadas para formar ciudadanos globales capaces de afrontar los retos del siglo XXI. El equilibrio entre teoría y práctica es esencial para maximizar el potencial de cada estudiante como agente de cambio en un mundo interconectado.

FAQs

¿Cómo pueden las instituciones educativas tradicionales incorporar el aprendizaje experiencial?

Incorporar el aprendizaje experiencial en las instituciones educativas tradicionales requiere un enfoque práctico y conectado con el entorno de los estudiantes. Diseñar actividades que reflejen sus intereses y que promuevan su participación activa es clave para desarrollar habilidades esenciales. Este método permite que los alumnos resuelvan problemas reales y apliquen sus conocimientos en situaciones relevantes y cercanas a su realidad.

Por otro lado, es fundamental que los docentes reciban formación en metodologías como el aprendizaje basado en proyectos, retos o casos prácticos. También se debe ajustar el currículo para incluir experiencias que despierten el interés del alumnado y lo preparen para los desafíos de la vida cotidiana. Estos cambios no solo enriquecen el aprendizaje, sino que también transforman el aula en un espacio más dinámico, participativo y conectado con el mundo actual.

¿Cómo contribuye BeChallenge a la evaluación de competencias de ciudadanía global de manera más efectiva que los métodos tradicionales?

BeChallenge está revolucionando la forma en que se evalúan las competencias de ciudadanía global, combinando el aprendizaje experiencial con enfoques innovadores. A través de proyectos y desafíos basados en situaciones reales, la plataforma permite evaluar habilidades clave como la colaboración, la resolución de problemas y el pensamiento crítico, todo en contextos prácticos que reflejan escenarios del mundo real.

Lo que hace a BeChallenge destacar es su capacidad para ofrecer una evaluación continua y personalizada. Esto proporciona una visión más cercana y contextual de las competencias adquiridas, dejando atrás las limitaciones de los métodos teóricos tradicionales. El resultado es una experiencia educativa dinámica, diseñada para responder a las demandas y desafíos del entorno actual.

¿Qué desafíos surgen al combinar el aprendizaje experiencial con los métodos de evaluación tradicionales?

Integrar el aprendizaje experiencial con métodos de evaluación tradicionales puede ser todo un reto por varias razones. Una de las mayores dificultades es crear sistemas de evaluación que consideren tanto el proceso como los resultados del aprendizaje. Las herramientas tradicionales, en muchos casos, no logran captar de forma precisa las competencias prácticas ni la visión integral que este tipo de aprendizaje busca desarrollar.

Por otro lado, esta integración exige enfoques personalizados y creativos, además de recursos adecuados y formación específica para el profesorado. Sin estas bases, resulta complicado implementar técnicas de evaluación que respeten los principios del aprendizaje experiencial y que, al mismo tiempo, reflejen de manera fiel el desarrollo de habilidades en situaciones reales.

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